miércoles, 11 de diciembre de 2013

Laboratorio:Salida a terreno dia martes (GRUPO N° 4)

LABORATORIO I Unidad 3, Ejercicio N°2/ Etapa 1. Salida a terreno, mercado y sus alrededores. Comenzamos con una nueva unidad, la cual es el calor, para esto, decidimos salir a experimentar con las temperaturas a la ciudad, y hacer un pequeño ejercicio encargado por la profesora, este consistia en elegir un determinado lugar(dentro de los limites que nos dieron) y ver su fuente de calor, la que debe ser constante, y que genere un ambiente de disconfort en la habitabilidad, se deberán considerar ciertos aspectos al lugar elegido, para fundamentar el porque de nuestra eleccion. con esta informacion podremos proseguir y avanzar con el ejercicio. Aquí un mapa del sector y sus alrededores.
El Mercado Central, específicamente el local "Donde Augusto" Aquí se reconoció la fuente emisora constante de calor las cuales eran las cocinas y cocinillas del recinto, y como esto interfería en el ambiente agradable que allí deberia desarrollarse, propusimos este sitio como lugar de incomodidad y malestar. el cual deja en evidencia las altas temperaturas que se generan en el lugar por la poca ventilacion y mas aun, por el funcionamiento de las cocinas.
Del lugar podemos decir que había un gran flujo de gente, ya que como sabemos, es un lugar bastante conocido e incluso una notable parada clásica para los llamados "turistas", que desean conocer el lugar o degustar de la la parte culinaria que posee Chile. En cuanto al sector, se puedo observar que es bastante amplio, aunque es cerrado,el destino de uso se ve marcado por la degustación,es decir por la permanencia de las personas para comer algun aperitivo. la cocineria, restaurante de comida, especialmente de mariscos y pescados y como dijimos anteriormente la fuente de calor corresponde a las cocinas del dicho restaurante.
HIPÓTESIS: Con todo lo anterior, podemos decir que la situación es perfecta para que se genere un ambiente caluroso, de disgusto y discontort, la causa de todo esto, es debido al sector donde hacen los almuerzos, llamado sector de la cocinas, puesto que tenemos las mesas donde permanecen los comensales, junto con el lugar donde reside la fuente misma de calor, por ese motivo la permanencia no es tan duradera.

martes, 10 de diciembre de 2013

Entrega de teoría: unidad "la técnica"

En esta entrega se tomo un tema referente a la arquitectura, pero siempre relacionarlo con la tecnica, esto consistía en una serie de imágenes (12), las cuales mostraban con plenitud de lo que se trataba el tema que elejiste,acompañado de una memoria y una cita, la cual reflejara el porque de ese tema, y lo mas relevante de el.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Experimentación con planos



Este video muestra el recorrido que realiza el flujo de calor, a través de un cubo de policarbonato de medidas 12 por 14 cm, este cubo consta de 4 pisos, en los cuales hay una perforación por cada uno, lo que facilita el viaje del color que representa el calor.
 Con este experimento comenzaremos a ver la unidad de calor.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Hoy a las 24:00 horas, tenemos una muy importante entrega, la de computacion, y con esto se dara fin a la unidad de viento y comenzaremos con la nueva unidad.

lunes, 28 de octubre de 2013

¿Estudiar Arquitectura? Creo que a estas alturas los lectores de este blog ya sabréis que el Gobierno de España prepara una ley (la de Servicios Profesionales, o LSP) que, entre otras cosas, permitirá a los ingenieros el ejercicio de la arquitectura. (Acabamos de enterarnos de que aplazan su aprobación: Prolongan nuestra agonía). El borrador de esa ley quiere hacer patente que no existe distinción entre edificación, construcción y arquitectura, y razona que si un ingeniero sabe hacer una nave tiene que saber hacer una casa. Surge entonces una duda inmediata: Si un ingeniero va a poder hacer lo suyo y además lo del arquitecto, mientras que un arquitecto seguirá sin poder hacer lo del ingeniero, ¿para qué estudiar Arquitectura? Se me ocurren muchas líneas de comentarios, pero todas ellas han sido mucho mejor desarrolladas por elocuentes compañeros. Así que tiro por otro sitio. Tengo dos hijos, y ninguno de ellos está ni remotamente interesado en ser arquitecto. Pero, si les hubiera atraído la arquitectura, ¿qué les podría decir?, ¿cómo les aconsejaría? Uf, qué difícil. El sentido común dice que estudiar arquitectura es inútil, es una auténtica pérdida de tiempo. Pero recuerdo mi ya lejana carrera (la terminé en 1985) y me vienen a la mente unas cuantas imágenes, ideas y recuerdos deslavazados: a) Fullaondo contándonos su viaje a Finlandia con Moneo, para visitar a Alvar Aalto. Le llevaron una caja de 12 botellas de Rioja. Se las bebieron de una sentada entre los tres. (O entre los cuatro. Aalto le servía vino al fantasma de su esposa fallecida hacía poco, que tenía su silla, su plato, sus cubiertos, etc). b) Oíza subiéndose las gafas a la frente y contándonos por qué una casa tenía que ser caótica mientras que el Aeropuerto de Barajas tenía que ser ordenado, y representando su carrera con maletas y su suegra corriendo detrás de él. c) Aroca contándonos que El Increíble Hombre Menguante no debería de tener miedo de la araña, puesto que la sección de sus piernas sólo había disminuido al cuadrado, mientras que su peso había disminuido al cubo, por lo que tenía una gran capacidad para saltar y escapar por las escaleras. d) José María Rodríguez Ortiz, catedrático de Mecánica del Suelo, ingeniero de caminos, dolido porque su hijo había elegido estudiar arquitectura. Hombre de muy fino y mordaz humor y de una socarronería estupenda. Recuerdo que viendo en su clase unas diapositivas de un replanteo de zapatas en un terreno embarrado me entraron las mayores ganas de construir, de rebozarme en el barro, que he tenido en mi vida. Fue un momento epifánico. Años después he hecho muchos replanteos en barro, en polvo seco, en terragueros diversos, y no es tan apasionante. e) Julián, el del bar, y sus sándwiches de escabeche (y naturalmente, sus pinchos de tortilla). f) El juego de la peseta, en las mesas del mencionado bar, y el juego de la pocha, en alguna clase vacía de arriba. g) Mi amigo Emilio García Alonso, y tantas discusiones. Una (mítica entre nosotros) sobre cuál iba a ser nuestro futuro. Yo lo veía muy fácil: Poner un rótulo en el portal de mi casa (la de mis padres) y empezar a recibir encargos. (Curiosamente fue así, pero sin rótulo). h) Discusiones en el bar, con Emilio, Paco, Iván, etc, sobre la planta de la Casa Farnsworth. "Yo ahí no podría vivir". "Todo el mundo necesita intimidad". Etc. i) Carvajal corrigiendo en público un proyecto de un alumno. (Me pareció muy cruel la paliza que le pegó, y que su profesor, que había propuesto el trabajo como digno de corrección magistral, no le echara una mano). También fue fantástico cómo desmenuzó la función de la casa y la ubicación del garaje respecto a la puerta principal. j) Corrales y Molezún en el Johnny, explicando el Pabellón de Bruselas. "Y se nos ocurrió que la pieza resolvía la estructura, la cubierta y el desagüe al mismo tiempo. ¿Cómo es que se nos ocurrió esto, Ramón?" "¡Y yo qué sé!" (Risas de Molezún y de todo el público). "Creo que íbamos en el tren y dejaste el paraguas en el asiento". Y de nuevo, muchos años después, Corrales solo (Molezún estaba ya enfermo) nos lo volvió a explicar en la Escuela, con unas enormes diapositivas. Se me acabó el alfabeto. Vale. Me han ido saliendo de corrido, sin orden ni concierto, y si hubiera más letras seguiría contando batallitas. Pero, en definitiva, ¿qué le decimos a nuestros hijos? (O a nuestros hermanos: Este blog tiene lectores de una insultante juventud). Pues volvemos al principio: Si somos sensatos, y ellos también lo son, les debemos aconsejar que escojan una ingeniería. Las carreras de ingeniería son duras, pero compensan con una formación muy seria y muy solvente, que sirve para hacer de todo. Creo que es lo que debería cursar una persona inteligente, lógica, sensata, razonable, perseverante y decidida. Es una gran elección. Sólo le recomendaría arquitectura a una auténtica cabra. A una puta cabra loca y disparatada. A un ser que buscara una loca e ilógica trascendencia en las cosas más anodinas. A una persona encendida, feroz, hambrienta. A un insensato. A alguien que, contra todo consejo, contra toda tendencia económica, contra todo imperativo legal, necesitara ser arquitecto, y muriese por dibujar rayos en el aire y pisar barro en una zanja, y quisiera casar dos cosas tan incasables. (¿Por qué será que, a pesar de todo, las notas de Selectividad exigidas por las escuelas de arquitectura siguen siendo altísimas?). Yo le recomendaría estudiar arquitectura a alguien que no necesitara que se lo recomendase, a alguien a quien ya todo le importara un bledo, a alguien que hubiera saltado al vacío y no tuviera miedo de los posibles fallos de su precario paracaídas. A alguien que, mientras cayera a plomo, gritara que había merecido la pena. A alguien a quien no quisiese demasiado (no soportaría verlo estrellarse. Se me desgarraría el corazón). A alguien, en definitiva, a quien pudiera admirar con toda mi alma. Es un excelente articulo, lo leí y me gusto tanto, que lo publique :)